jueves, 6 de agosto de 2015

Los dulces pies de la esclavita



Ya me cansé de ser así,dijo la esclavita.

No se puede llevar una vida normal por culpa de la empatía,porque al final la peluquera te hace lo que quiere, el camarero te ignora,la soberbia de los demás te hace daño,la servidumbre remunerada se invierte y te convierte a ti en servidumbre, el pecho te duele y la tarde cae como una odiosa estera de tierra polvorienta sobre los párpados.

Todo es amor,dijo el pato,justo antes de morir asfixiado a los pies del sol inclemente de Sevilla,donde la vida se escapa a chorros entre las rendijas de los deseos de escapar.

Todo es amor,gritan las fotos viejas de los abuelos pero también de los muertos jóvenes desde el álbum, muertos sólo en apariencia,y tú con las mientes llenas de ellos,de lo que vivieron,lo que dijeron,lo que amaron y se quedó en ti, se quedó en ti como una dulce pasión no deseada.

Al fin y al cabo eso es nacer,una pasión no deseada,una patada en el culo hacia la luz,malabares para evitar la sombra y los malos ratos,y por mal que te portes,esclavita mía,no serás nunca una mala persona,esto lo saben los enanos de tu circo y los elfos que susurran en los bosques inventados,el color verde que siempre se asoció al mundo mágico,ahora recuerdo los cuentos de Butler Yeats, en esa tierra irlandesa a la que sin duda un día llegaré otra vez como recién nacida.

Los malos están en la tele,hoy he visto en las noticias a un cabrón matando un toro en la vía pública,por ejemplo,y más cabrones acudiendo al cadáver como las moscas a la mierda,una de esas imágenes con las que los informativos gustan de torturarnos a la hora de la comida;
el toro cayó exactamente igual que caen los humanos en todas las partes del mundo,a manos de otros y sin rechistar,como los niños asesinados por sus padres,como las mujeres,como los pacíficos,como los pollos de granja.


Mi alma se expande y mi cuerpo se aburre,demasiado a menudo oigo decir que todo es un problema hormonal,desde cuándo las hormonas son más importantes que el espíritu,desde cuándo,dímelo esclava mientras acaricias con los dedos pelados el suave lomo de la esperanza.

Ayer en la siesta estuve con un matrimonio árabe,él era tipo sha de Persia,ella tenía los ojos hinchados de llorar por el exilio pero tomaban un té en un país civilizado,quizá la gran Bretaña,ambos tenían una elegancia y una aceptación de las cosas envidiable pero soportaban también su propio dolor,no lo negaban para no ser esclavos de la superficialidad.

Dignidad,creo que sería la palabra,disfruté de su compañía y cuando desperté estaba en un sofá,el sofá de mi casa,que flotaba sobre un légamo de tierra bajo corrientes de aire frío acondicionado,los ovarios chirriaban y las rodillas crujían;

sentía el corazón aplastado y me cambié de postura para reflexionar con los ojos cerrados sobre lo vivido,quizá sólo tengo encuentros interesantes en los sueños,podría ser.

En cualquier caso es rico tener este sabor,pasarme las páginas de mí misma como un libro que todavía desconozco,no saber de dónde vengo pero saber cada día un poco más.

Escribir es jugar,y jugar es vivir.

A día de hoy no tengo absolutamente ninguna pretensión más que ésa.




2 comentarios:

Genín dijo...

No te quejes, en los dias que vivimos de calor eres afortunada en poderte echar la siesta fresquita, yo también, pero por lo visto van a llegar nubes, y si estas no dejan ver el sol, yo tendré el calor de nuevo, pero sin aire acondicionado :(
Besos y salud

Dol dijo...

uuf Genín ahora calima....qué verano más largo.
Besicos.

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